Prointegra dispuso una inversión de $us 10 millones para hacer factible la obra, con lo que sin duda aporta a la reactivación económica que urge en este contexto de pandemia.
Si bien el Banco Bisa financia el proyecto, el prestigio de la empresa ha posibilitado que la entidad financiera abra la posibilidad de renovar el crédito, si la obra así lo requiere.
«A pesar de esta coyuntura difícil, el Bisa está respaldando plenamente la obra; ofreció un nuevo crédito, si es necesario, pero Prointegra, por ahora, no requiere de respaldo financiero adicional, ya que todo está marchando como se pensó inicialmente», asegura Patiño.
«Un proyecto de esta envergadura puede generar dos efectos: primero, que tenga éxito en todo sentido; y segundo, si está mal administrado, que termine en bancarrota», reflexiona Patiño para luego dejar sentado que las decisiones que toma la firma inmobiliaria son calculadas y pensadas dos veces a fin de que no haya posibilidad de frustraciones. «Prointegra apostó todo al proyecto, incluso con fondos adicionales que tenían como destino otros emprendimientos en la ciudad de La Paz», revela el ejecutivo.